viernes, 17 de octubre de 2008


PINA BAUSCH LA DANZA HECHA MUJER


J
La danza corre el riesgo de disolverse si continúa narcisistamente contemplándose a sí misma. La danza contemporánea ha encontrado una renovadora vertiente abstracta y expresionista, ampliando así sus fronteras, dejando de ser un género teatral diferenciado, para constituirse en una manifestación más de los procesos de hibridación propios de la sensibilidad postmoderna.

Las fronteras entre teatro, plástica, danza y literatura se difuminan en un espejo que le devuelve su imagen ampliada y, hasta cierto punto deformada de sus propios orígenes siendo y no siendo ballet, siendo y no siendo teatro, plástica, danza literatura e incluso filosofía.

La danza expresionista, también llamada danza abstracta, nace en el contexto de la agitación de las grandes vanguardias europeas de comienzos del siglo XX. La danza tradicional, vinculada al ballet clásico, fue transformada mediante una nueva estética de movimiento corporal donde no impera ya el valor de la métrica, el ritmo, los saltos y pasos previamente establecidos. En la danza expresionista se recupera el movimiento libre, una interacción más dinámica con el espacio, y la posibilidad de la autoexpresión corporal.

El concepto de «ballet postmoderno», que apareció en los círculos especializados a fines de los años setenta, refiere a un conjunto de rupturas estético-expresivas, entre las que se cuentan la eliminación de la perspectiva unidimensional en provecho de un espacio abierto, ampliado, que responde en cierto modo a los descubrimientos de la física moderna; la revalorización de la dimensión cotidiana, el continuo de lo humano, en sus manifestaciones aparentemente triviales y pedestres, incluyendo en esta apertura la palabra, el ruido ambiente, en lo que constituye la irrupción de la música concreta al servicio de la danza; el abandono del entablado clásico por superficies naturales como el césped, la tierra, hojas secas, flores, e incluso el agua, son parte del estilo que alcanza su más plena expresión en las obras de Pina Bausch. Las obras de Pina Bausch no siguen una estructura narrativa ni una progresión lineal. Se construyen más bien a partir de una serie de episodios.

Múltiples acciones escénicas simultáneas, imágenes impactantes, la utilización de las experiencias específicas de sus bailarines, de actividades cotidianas, de textos dirigidos a menudo al público y de una gran variedad de músicas en la banda sonora son elementos que llevan el sello reconocible de Bausch y que han pasado a formar parte de un léxico de la danza-teatro en Europa. Las bailarinas y bailarines de las obras de Pina Bausch no guardan relación con el ideal de belleza de cuerpos o vestuarios; trozos de música de ópera o rock interfieren con lo que está ocurriendo en el escenario; y su estilo de «collage» hecho de fragmentos recuerda más bien al cine o a las bellas artes que a la danza. Generalmente los bailarines actúan sobre superficies cubiertas de agua hasta los tobillos o lodo o entre un mar de claveles de plástico.

En lugar de la música convencional de ballet, el Teatro de Danza de Wuppertal ofrece historias profundas de la existencia misma que son creadas en largas y estrechas discusiones entre la jefa y los integrantes del cuerpo de baile. Su carácter nómada y su enorme curiosidad por las diferentes formas de vida conducen a Pina Bausch, desde los años ‘80, a realizar distintas «residencias» en algunas de las grandes capitales del mundo. Roma, Madrid, Lisboa, Estambul u Hong Kong han sido algunas de sus sedes. Todas sus obras se realizan con la ayuda de bailarines de diferentes razas y países, que, siguiendo el peculiar método de trabajo de la directora, se implican con sus propios miedos, sus propios deseos, sus complejos y, en suma, con su propia vulnerabilidad. Esto lleva a la utilización de toda la gestualidad del comportamiento cotidiano, tanto en lo íntimo como en lo social; un aluvión de gestos físicos y emocionales que la sabia mano de Pina Bausch recicla y reintegra en composiciones llenas de originalidad, ternura, irónica crueldad y, sobre todo, de una viva y cruda humanidad.

En la cartografía de los comportamientos humanos agresivos y potencialmente destructivos, latentes en la naturaleza humana, uno de los elementos que concurre en la configuración de las artes escénicas contemporáneas —entre ellas la danza— es la dialéctica defensa-agresión. La expresión corporal escenifica la agresión ritualizada como campo de enfrentamiento en el que comparece la tensión, la competencia y el origen genético del comportamiento teatral, de la puesta en escena de nuestras pulsiones eróticas y thanáticas, de nuestras estrategias representacionales y modelos de seducción y agresión litúrgicos.

A este respecto el Psicodrama Analítico ofrece no sólo la metodología adecuada de sublimación, socialización y producción de subjetividad singular y colectiva, en orden a redirigir el potencial thanático-agresivo del comportamiento humano, sino la estrategia más efectiva en la prevención de la violencia social. Pina Bausch trabaja con sus propios miedos, sus deseos y complejos, su vulnerabilidad. Esto la lleva a emplear gestos desgarrados en sus coreografías, escenificando nuestra fantasmagórica intimidad y, en un registro de «lo terrible», al modo de los expresionistas, sus obras se pueblan de crueldad e ironía, atravesadas por la fragilidad de las inseguridades identitarias, aforadas de sentimientos humanos tan elementales como la necesidad de ser amados o, al menos, odiados.

El espectador se convierte, también en el organizador de sus impulsos y de su experiencia estética. Por medio de la catarsis moviliza internamente la agresión no ejercitada o el erotismo anestesiado.


Entrevista al actor español Gabriel Latorre


Hace algunos años, cuando era periodista de radio, Gabriel Latorre fue a entrevistar a Xavier Cugat. Al cabo de un instante, le dijo el músico: “Tiene usted un rostro muy peculiar. ¿Me permite que le haga una caricatura?”. Esa anécdota fue todo un vaticinio: con esa cara, Gabriel Latorre ha sido muchos hombres en la ficción: monje budista, policía, rey moro, soldado, escritor, soldado, bandido o incluso el Papa Luna.

-¿Quién le metió a usted en esto de la interpretación?

-Me ha gustado desde siempre. Desde los Estudios 1 y desde la Novela de Televisión Española, que eran estupendas adaptaciones de grandes libros. Aquello me parecía fascinante. Buscaba libros y montábamos con algunos amigos esas obras de manera muy artesanal. Un día, en HERALDO, Pilar Delgado publicó un anuncio que decía que se buscaban actores jóvenes para una montar una escuela pequeña, privada. Su idea era formar una pequeña compañía, y me apunté con un amigo, Agustín Miguel. Hizo una selección y nos cogió a los dos.-Siempre ha dicho que le debe mucho a Pilar Delgado.-Desde luego. Ella me inoculó el veneno por esta profesión. Después creó La Taguara, pero recuerdo que uno de los primeros montajes fue “El delantero centro murió al amanecer” de Agustín Cuzzani. Era la historia de un futbolista que acababa suicidándose. Yo encarnaba a un vagabundo que empezaba la función, y eso me aterraba. De repente, se levanta el telón y yo me dije: “Y de aquí, por dónde se sale?”. Era un monólogo breve, pero hubo un momento que ya no sabía si estaba repitiendo constantemente lo mismo... Estuve en La Taguara mucho tiempo.

-Sí, pero en medio hizo radio...

-Es cierto, primero en la COPE. Era locutor los domingos por la tarde con Enrique Belver. Él me abrió una de mis primeras puertas. Luego hice un programa los sábados con Julia Almenar, en el que hacía de payaso. Recuerdo que los niños querían venir al estudio. Vinieron, y ¡cuál no fue su decepción al ver que no había ningún payaso! Yo era algo así como “Tripón, el payaso más alegre y borrachón. Desde entonces, aunque no lo exigía el guión, yo me vestía de payaso, me maquillaba y me pintaba. Aún hay gente, niños de entonces, que me lo recuerden. Y me hace muchísima ilusión.

-¿No estuvo luego en Antena 3 de radio?

-Sí, allí hice de todo: programas, información, unidad móvil. Recuerdo a Jesús Hermida diciéndome: “Adelante, Gabriel Latorre”. Les gustaba mi voz...

-Bueno, su voz es una de sus armas...

-Le estoy muy agradecido. Gracias a ella he trabajado mucho. Mi padre me decía que tenía voz de canónigo. He hecho doblaje, ¿sabe que yo he doblado a Boris Karloff?, documentales, publicidad. Mi voz se la suelen poner a personas maduras y ancianos. También puse la voz a “las 100 promesas del PSOE”. Recuerdo que yo daba la voz a Sainz de Varanda o a Santiago Marraco. Recuerdo llegar de hacer bolos por ahí y a las tres de la mañana me estaban esperando con el estudio abierto para hacer voces.

-Pero todo eso cambió en 1986.

-Luis Alegre me había presentado a Fernando Trueba en el cine Goya en el estreno de “Sé infiel y no mires con quien”. Al cabo de un tiempo, de repente recibo una llamada de su productora para hacer el papel de un requeté que iba a hacer Miguel Rellán...

-Por cierto, que son ustedes dos actores muy similares.

-Es verdad. Nos han confundido alguna vez y nos hemos disputado algún trabajo. Iba a hacer un papel un poco más largo, pero Fernando se dilató un poco en el rodaje en Madrid, tuvo que marcharse con urgencia a Lisboa a proseguir el rodaje, y luego comprobaron que mi papel ya estaba suficientemente explicado.

-Hemos dejado en el tintero sus intervenciones en “La vaquilla” de Berlanga y en “Réquiem por un campesino español” de Betriu...

-Sí, pero ahí en realidad participé, con otros actores aragoneses, más en figuración que en otras cosas. Creo que en Aragón debíamos aprender de otras comunidades, donde exige que los secundarios –al ceder espacios o infraestructura.

-Ha hecho usted multitud de papeles con multitud de directores. ¿De cuál se siente más satisfecho?

-De “La estanquera de Sevilla” para “La huella del crimen”, dirigido por Ricardo Franco. Rodamos en Madrid y Sevilla: yo hacía de chivato que denunciaba a dos que sabía que eran inocentes y los mataron a garrote vil. Fue un trabajo muy bonito con un director inolvidable. Yo soy un actor camaleónico que me transformo con facilidad. Puedo hacer cualquier tipo. Cuando tengo que encarnar algún papel, lo estudio, lo pienso y me miro al espejo y ya me sale. No siempre te salen las cosas: recuerdo que en “La fuente de la edad” de Julio Sánchez Valdés tenía que hacer de tonto del pueblo. No acababa de encontrar el punto del personaje. Le daba vueltas y más vueltas, ensayaba y ensayaba, y no me veía. Finalmente, recordé “La hija de Ryan” una preciosa película de David Lean y recordé el papel que hacía John Mills.

-Supongo que cada actor tiene un método, pero a usted, aunque breves, parece que no hay papeles que se le resistan...

-Intervengo en más cortos que nunca. Ahora estoy haciendo el papel de mafioso en “La chica de la cárcel” de Fernando Usón, tengo otros compromisos con Jesús Marco y Roberto Aznar. Sin embargo, hay algo que siempre me asusta: los papeles clásicos.

-¿Qué diferencia, desde el punto de vista de la interpretación, existe entre un papel principal y uno secundario?

-Yo creo que a diferencia de otras cinematografías, no tratamos bien los personajes secundarios a nivel técnico. No se les da la importancia que tienen. No es lo mismo tener un plano corto o medio, sostenido durante mucho raro, que en una aparición fugaz, donde controlas más el gesto y la mirada.

-Ha participado en la película “Soldados de Salamina”

-Ha sido una experiencia preciosa. David Trueba es una de las personas más fantásticas que he conocido en el mundo del cine. Es inteligente, contagio su pasión por el trabajo y resulta amable hasta con la figuración. Es un director que crea adicción: hubiéramos hecho en su película cualquier cosa. Posee un grado de humanidad increíble y es abierto: te invita a ver lo que se ha ido rodando, te invita a participar de la fiesta cinematográfica que es una película.

- Usted ha hecho de todo: ¿dónde se encuentra más cómodo?

-En el cine, como dice Fernando Fernán Gómez, “te pagan por esperar”. Pero luego es tan reconfortante: te cuentan una historia, te morirás, la película sigue ahí y tú en ella, la ponen en festivales, en las Filmotecas, en ciclos específicos; es una manera de pasar a la inmortalidad. La tele te permite sobrevivir, y menos mal que existe. Y el teatro es la fuente donde el actor tiene que ir a beber, a tomar aire, a aprender la fuerza del silencio. Es más duro, tiene una magia especial, aunque a veces, tras tantas representaciones, llega a ser asfixiante. Y, en el fondo, estoy de acuerdo con María Luisa Ponte que decía que ella sobre un escenario hacía exactamente lo mismo que ante una cámara. A mí me gusta la naturalidad.

-¿Cómo ve el Centro Dramático de Aragón? ¿Qué espera de él?

-Que se consolide y que sea la sede de verdad de los actores aragoneses, que puedan ir pasando por él, cíclicamente, los actores aragoneses. Aunque no sé si debo decirlo, he sido elegido entre una veintena de intérpretes para la versión del Quijote que prepara Fernando Fernán Gómez. Creo que es una buena oportunidad para todos nosotros: vamos a estar dos meses en el Teatro María Guerrero y debemos demostrar que somos buenos profesionales. Yo trabajo donde puedo, allí donde me llamo. Pero en cuanto hago mi trabajo, me vuelvo a casa, con mis amigos aragoneses, a Zaragoza. En Madrid todos saben que soy de Zaragoza, que es mi casa, mi tierra, mi pasión, el lugar por donde me gusta pasear todos los días.

Renata de la Quintana


sábado, 11 de octubre de 2008



Pablo Palazuelo, un merecido recuerdo

A veces los artistas eligen recorrer caminos que no gozan de la aclamación generalizada. Se adentran en mundos novedosos y exploran en ellos vías alternativas para la expresión artística. Y en esos itinerarios personales, lejos del ruido que provoca el reconocimiento masivo, ponen en juego muchas de sus capacidades. Sobre todo, las que están más relacionadas con la expresión libre de la mente humana: la emoción, la intuición, los sentimientos. Son artistas honestos que buscan antes que nada, en el arte, una vía de expresión de su propio yo interior, no un medio para contentar a los espectadores.

Este es el caso del pintor madrileño Pablo Palazuelo, quien ha fallecido hace un tiempo bastante corto, tras dejar para la historia del arte español una producción pictórica que puede calificarse sin lugar a dudas como veraz y novedosa, al mismo tiempo que íntima y muy personal.

Nacido en Madrid en 1916, Palazuelo estudió artes en Inglaterra y acabó instalándose en Francia, no regresando a España hasta finales de los años sesenta del pasado siglo. En sus inicios, su obra pictórica se vincula a las corrientes cubistas y más en concreto a aquella que a partir del propio cubismo se encamina directamente hacia el abstracto. Y es en la abstracción donde nuestro artista encontró, finalmente, satisfacción a sus inquietudes. Una abstracción en la que la forma y el color juegan papeles fundamentales, de la mano de un geometrismo creciente en el que las líneas ocupan una posición de verdadero protagonismo.

Pero Palazuelo no se conformó con la pintura. Acudió también, ya en su madurez, a la expresión escultórica, en la cual sus obras están íntimamente ligadas (en lo que a planteamiento y concepción se refiere) con sus pinturas. En todo este conjunto artístico hay siempre algo misterioso, que atrapa al espectador sensible y le hace cavilar.
Es algo semejante a lo que ocurre con una buena poesía. Eso era, quizás, Palazuelo, un poeta plástico. Descanse en paz.



Entrevista a Miguel Alejandro Roca


Miguel Alejandro Roca en la actualidad lleva en su haber tres unipersonales que con el pasar de los años maduran más y más. En el año 2005 vi su unipersonal sobre Vallejo en el instituto peruano norteamericano y quedé fascinada, desde entonces he intentado comunicarme con él con nulos resultados, estuve nuevamente en Lima el 2006, lo busqué y se había ido a La Paz –Bolivia, quiso el destino que tenga yo dentro de mi itinerario pasar por Bolivia, fui a buscarlo a la Paz y ya había partido hacia Asunción del Paraguay y luego hacia Sao Paulo – Brasil, huyendo del teatro, de sí mismo, y sus fantasmas personales como el mismo lo confiesa. Actor profesional, peruano, egresado del laboratorio de exploración teatral de Edgard Guillen, empieza su carrera teatral en el año 1999 desarrollando el género unipersonal en búsqueda de una nueva forma de manifestación teatral. Ahora en el 2008 visitando nuevamente Lima me lo encontré en la preparación de su cuarta entrega, avocado al teatro, entusiasmado y con los ojos chispeantes como un niño que se apasiona por los juguetes y ya sin fantasmas de por medio que puedan aterrorizarlo. Quedé una vez más encantada.

* Cuéntame ¿Cuál fue tu primera creación unipersonal? ¿A qué edad comenzaste?

Mi primera creación fue en 1999, “Los recuerdos de Monique o la velada opción homosexual” tenía 19 años en ese entonces, fue una experiencia bastante particular que me llenó de satisfacciones en ese tiempo, la última vez que la presenté fue en el centro peruano español hace bastante tiempo ya, algunos años.

* Bastante joven y a la vez bastante osado ¿No es así?

Bueno creo que todo actor tenga la edad que tenga se siente osado y a la vez bastante joven (risas) tenía 19 años entonces, han pasado ya casi diez, y es que quizá por la propia condición que te da esa edad es que uno se siente más atrevido a enfrentarse y realizar ese tipo de cosas, luego ya como que vas madurando, te vas cuajando, te vas tranquilizando poco a poco. En mi caso al menos un poquito creo que me he calmado.

* Cuéntame un poco acerca de qué eran los recuerdos de Monique y qué fue lo que te movió a hacerlo.

En esa pieza abordaba muy sutilmente el tema homosexual envuelto dentro de la decadencia artística de una vieja mujer del cabaret, en mis incipientes diecinueve años de edad quería rendir un tributo a todas las grandes divas del musical y el teatro, las cuales al final de sus carreras venían todas a coincidir en la decadencia total y el alcoholismo extremo. Yo quede muy impactado en ese tiempo por una película que vi en la televisión por cable, se llamaba “la bailarina del alhambra” la vi seis veces, en ese canal en el que repetían toda la semana una película, quede fascinado por el tema, la decadencia de una mujer que tuvo el éxito en sus manos y vivió una época dorada y maravillosamente desenfrenada allá por los años treinta o cuarenta, en Cuba nada menos.

* ¿Este unipersonal trata un tema directo con el de la película?

Directo en la temática mas no en la historia, son totalmente distintos, esa película me inspiró a crear, fue lo que me despertó las ganas de conocer ese tema, más yo estuve varios meses con ese asunto en la cabeza, tratando de darle una forma, de darle un sentido y a la vez encontrarme directamente comprometido dentro de esa pieza, relacionándolo con mi propia experiencia y mi propia vivencia, fue así que encontré darle sentido y a la vez darle una textura a ese unipersonal, use ese propio cuestionamiento y pues fui dándole cuerpo poco a poco a ese mi primer trabajo. El resultado fue un largo monólogo de un mayordomo que cuenta la vida de una decadente mujer, la señora monique, una diva maravillosa que ya nadie llama porque esta vieja y en sus puros huesos, mucha gente pensaba que yo recurriría al travestismo o algo así pero se equivocaron, yo aparecía vestido de impecable frac y poco a poco iba contándoles la historia de esta mujer al público, poco a poco, poco a poco y luego cuando el público se daba cuenta ya no era este mayordomo el que les contaba la historia sino la propia mujer quien relataba su vida.

* ¿Como fue el proceso creativo de todo eso que me cuentas?

Fue bastante extenso para mí y a la vez bastante apasionante, recurrí a la música, a la historia de las grandes divas, a hurgar en mi mismo a ver si encontraba sinónimos de soledad, fui creando poco a poco el texto, dándole forma, dándole color, recuerdo que en ese tiempo había cerca a mi casa un viejo teatrín llamado la casa al revés, era bastante bohemio y bastante disparatado, se caía a pedazos literalmente hablando y eso me encantaba, yo ensayaba allí gracias a mi amigo Juan Carlos Castro que era el director, lo conocí una tarde en un encuentro de teatro popular y me invitó a visitarlos en su alocada casa, fui y me abrieron las puertas de par en par, allí ensayé todo el proceso creativo de los recuerdos de monique, ensayaba de 7:30 de la mañana hasta las 2 de la tarde durante cinco meses, me dejaban totalmente solito allí, y tenía todo ese lugar que parecía la habitación de un loco lleno de trapos, vestuarios viejos, instrumentos musicales, cuadros de no sé qué pintores, telones parchados sombreros viejos, reflectores de lata y cables quemados, mascaras y afiches pegados por doquier. Y en el espacio que servía de escenario una enorme, gigantesca alfombra verde, vieja rota y polvosa, eso es lo que recuerdo más, esa alfombra verde que servía para cubrir el piso sin pulir de ese teatro de ensueño que me volvía loco, era como estar metido en un mundo fellinesco.

Como para hacer una película de cine independiente sobre el amor del teatro.

(Risas) Vivían allí un grupo de locos teatreros que no sé cómo se las ingeniaban para que la gente que iba a verlos se sienten en tablas apoyadas en ladrillos y para que la lluvia no pase por el techo, era maravilloso, se respiraba teatro en ese lugar, bueno en ese entonces, ahora por lastima ya no es así, esa casa se construyó, se le puso un techo decente y paredes y la sala de teatro se convirtió en una escuela para danzas folclóricas, y talleres vacacionales para niños, los locos teatreros que allí habían están desperdigados cada uno por su lado rodando por el mundo y bueno esa magia pasó, se fue, pero el recuerdo queda allí, bonito, lindo, para ser recordado siempre, al menos en mi caso fue así.

* ¿Podría decirse que ibas tras las huellas de diversos elementos los cuales poco a poco ibas recolectando y ordenando en tu interior?

Exacto. Pasaban los meses y tenía varios garabatos hechos en varias páginas de cuadernos, apuntes, anotaciones y ensayos del posible libreto, hasta que una vez me di con una mujer maravillosa cantando en un Cd, quedé petrificado, para ese tiempo yo ya sabía quién era Edith Piaff, Ella Fitzgerald, Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Bessie Smith entre otras pero no sabía quién era ese bello pájaro que cantaba, y pues no era otra que Ute Lemper, ese día decidí que la música de mi unipersonal tenía que ser cantada por ella.

* ¿Qué hay con tu segundo trabajo, con ese Vallejo que muchos hemos visto y del que muchos hemos quedado fascinados?

Mi segundo trabajo unipersonal fue en el 2003 sobre el poeta Cesar Vallejo el cual llevé al ICPNA* bajo el título de “Rememorando a Vallejo” y luego un tiempo después al centro cultural de España con el título de “Vallejo Caminante”, me siento muy contento con este trabajo el cual he llevado a muchos lugares, debido quizá a la temática que es más extensa y también claro está a lo móvil que es la obra, la cual puedo presentar tanto en un espacio cerrado como en la vereda de una calle, sobre una mesa o con luz del día o artificial.

* Tenías 23 años si no me equivoco en la cuenta, muchos que te vieron me han dicho que tu Vallejo fue el darse con un actor ya cuajado y que poco a poco iba madurando en un buen proceso de crecimiento.

(Risas) Si, es verdad, como que ya no había atisbo de esos 19 años en los que bailaba a Ute Lemper recordando a la señora Monique, esa fue una etapa totalmente maravillosa y de la cual guardo un grato recuerdo, yo quede fascinado con llevarla al escenario. Con Vallejo eran las cosas totalmente distintas, este poeta me tenía cogido por la nariz según dijo un amigo escritor que se ofreció a escribir el material para el programa de mano, ambos amábamos a Vallejo y sufríamos con y para él, claro en ese entonces, ya luego uno se da cuenta poco a poco que Vallejo es un ser humano y que como tal cometió errores, muchísimos errores como cualquier ser humano, su poesía es sublime y lo eleva a la categoría de un dios, pero como ser humano no se elevaba hacia nada, como casi todos, no es que yo sea mezquino simplemente es que mucha gente adoradores de Vallejo, seguidores espirituales y casi discípulos se vieron muy afectados cuando en mi unipersonal plasmo cosas privadas de la vivencia de Vallejo las cuales lo pintan como un humano cualquiera con errores y defectos, un hombre me agredió al final de una función porque en la obra en un momento dado Georgette de Vallejo dice refiriéndose al poeta: el que me hizo abortar una, diez y mil veces más.

* ¿Y era cierto eso?

Un día cuando buscaba documentación en una biblioteca para ir armando mi espectáculo me encontré con un antiguo recorte periodístico, era una entrevista a Georgette de Vallejo, en la cual el reportero mencionaba: “Lo primero que me dijo Georgette de Vallejo cuando llegué a entrevistarla fue: ¿Y bueno, que cosa quieres saber acerca del hombre que me hizo abortar una, diez y mil veces más?”

* ¡Qué terrible!

Mi unipersonal no pretendía desacreditar la grandeza de Vallejo, eso sería tan estúpido e imposible, es como pretender decir que la novena sinfonía de Beethoven es una buena mierda cosa que no es así, quien lo diga o es un imbécil o no sabe nada de música. Vallejo es inmortal por lo maravillosa que es su poesía, no es inmortal por si fue bueno o malo con su mujercita o si fue alcohólico o si fue filántropo, no pues, la madre teresa pasara a la historia por eso ultimo y no por que escribió algún poemita, yo plasmo sus poemas en mi unipersonal y a la vez humanizo a Vallejo, lo que sucede es que, bueno, hay acérrimos seguidores de él y aman tanto su poesía, yo también la amo, pero no pretendo creer que Vallejo comía maná caído del cielo y no lo que todo ser humano come.

* ¿Algo así como cuando Martin Scorcese humanizó a Jesucristo en la última tentación…?

Lo humaniza y a la vez no borra ni quiere negar lo que Jesucristo quería trasmitirnos, tanto el cómo Vallejo eran seres humanos y no dioses ni nada por estilo, solo dos loquitos adelantados a su época, dos vanguardistas extremos, es por eso que a uno lo clavaron a una cruz y al otro le dieron duro con un palo y duro también con una soga sin que él les haga nada (risas)

* Tal parece que Vallejo se sentía un poco Cristo, un poco profeta, ¿No es así? Lo digo por eso de “Me moriré tal vez un jueves santo…”

Y bueno, le falló el cálculo, no se murió jueves sino viernes. (Risas) Vallejo fue un extraordinario poeta, un maravilloso vanguardista. Lo que ha pasado a la historia es eso, su poesía, eso lo eleva a la categoría de dios. Ya ni le pertenece al propio Vallejo, al ser humano Vallejo, su poesía le pertenece al mundo, le pertenece a la literatura hispana y mundial.

* ¿Y respecto a sus escritos sobre política, comunismo y todo eso que piensas?

Eso lo reduce a la categoría de un sucio gusanito pobre triste e imbécil. Vallejo era un poeta, ahora que la quería pegar de agitador o quizá era un resentido social es otra cosa, nadie se acordará de eso, para que más, su poesía lo es todo, ¿Para qué querer ponerlo también como un pensador político? ¿Para qué reducirlo a eso? Si el pobre ni siquiera vivió en el Perú, (Risas) se fue a vivir a Francia y se casó con Georgette, una francesita de familia acomodada, en la historia de Vallejo se cuenta que cuando este no tenía dinero se llevaba algún espejo enorme de marco de pan de oro o una silla labrada tapizonada en terciopelo de los bienes familiares de Georgette y los vendía para poner tener dinero para seguir en la barra del bar de la esquina hablando de filosofía y arte junto a sus amigos bohemios que, claro está, eran todos unos caballeros. (Risas) Supongo que ahora al que querrán crucificar es a mi cuando los nacionalistas, los pseudo comunistas, los rebeldes sin causa y los pensadores de pacotilla, esos que se ponen en la plaza san Martin a discutir de política y a solucionar todo la problemática social se enteren de lo que acabo de decir. (Más risas)

* (Risas) Esta conversación se está poniendo escabrosa.

Vallejo siempre nos lleva a eso creo yo, su poesía lo es todo y es suficiente, no habrá otro como él, es maravilloso, su poesía es grandiosa, ese hombre puso a sus pies a todas las letras de la literatura castellana. Y mira que no pidió que le pongan eso en su epitafio (risas) ni que lo entierren de pié.

* Cambiando de tema… (Risas)…Cuéntame una cosa. A ti te hicieron una entrevista cierta vez que forma parte de un archivo-documento-videográfico sobre la historia general del teatro en el Perú el cual se guarda como testimonio para futuras generaciones que estudien este arte. ¿Qué opinas de ello?

¿What????... ¿Cuándo fue eso que no me acuerdo?

Era un programa titulado “memoria del teatro” de una conocida televisora peruana, ellos te incluyeron dentro de los actores jóvenes que en un futuro llegarían a ser renombradas personalidades del teatro peruano, tomaron referencias de tu trabajo, te tomaron en cuenta y te entrevistaron para que tu testimonio forme parte de esa memoria videográfica para ser guardada para futuros estudios de la historia del teatro en el Perú.

Ah caray, eso no lo sabía.

¿No recuerdas ese programa de teatro? Yo misma he visto la entrevista que te hicieron, hace poco la vi cuando fui a ese canal de televisión a pedir documentación acerca de reportajes culturales.

Si, si me acuerdo de ese programa, en verdad nunca lo vi, sólo sé que tocaban el himno nacional cuando acababa el programa porque lo daban al final de toda la trasmisión del día (risas)

Bueno ¿Qué opinas de que se te incluya dentro de un documento de video para ser guardado esperando que futuros jóvenes actores conozcan el cómo empezaron los actores de generaciones anteriores?

Les servirá para hacer comparaciones (Risas) verán el “cómo empezaron” y luego al ver la realidad sabrán el “cómo terminaron” (Risas)

No me has respondido qué es lo que tú opinas.

Bueno… Qué bonito, ¿no?... Gracias… Hummm… muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido.

Ok, está bien, entiendo (Risas) en todo caso pasemos a otro tema, cuéntame sobre tu tercer trabajo unipersonal.

Mi tercer trabajo unipersonal lo realicé en el 2005 “Historia de un payaso” conforme más me metía en la obra y conforme más me iba identificando con el personaje menos ganas me daban de llevarlo a cabo, debido a que inconscientemente y luego ya consciente fui dándome cuenta que es un unipersonal para una despedida de las tablas, un actor que decide no hacer más teatro y deja su vida en un escenario para vivirla realmente y fuera de él. Dicho texto fue creado en un momento de tensión y cuestionamiento muy personal respecto a mi vida, a mi vida en el teatro y a mi situación como ser humano respecto al teatro y fuera de él. Haré ese unipersonal cuando me vaya del Teatro, cuando tenga 60 o 70 años, ojala 50 porque no quisiera vivir tanto.

* ¿Nos harás esperar 22 años para verla?

¿Habrá quienes esperen? (Risas) Por dios no seas ingenua.

* Bueno al menos yo en lo personal si pienso esperar.

(Risas) Me estás haciendo sonrojar, eso ya es otra cosa, creo que hoy he ganado una fan (risas) Y mira que recién nos conocemos (risas) en todo caso también hablando en lo personal creo que a ti no te haría esperar tanto. (Más risas)

* ¡¡¡¿Miguel Alejandro Roca, estas flirteando conmigo???!!! (Risas) Podría ser tu madre.

Eso lo hablamos sin tu grabadora de por medio (risas) Que fácil es quitarle la tensión al ambiente ¿no? Lo de Vallejo nos había puesto tensos. Ahora se respira otro aire, más fresco.

* Yo te perseguí aquí en Lima en el 2006 y te habías ido a La Paz, fui a La Paz porque tenía ya planeado viajar allá a un encuentro de teatro y aproveche para buscarte, te habías ido a Paraguay y luego a Brasil. Te mandé muchos emails y no respondiste ninguno.

Ah ¿Tú eras? (Risas)

* ¿…?

Perdona, si los leí, es que estaba en un momento bastante jodido de mi vida, no quería saber nada del teatro y nada del Perú ni nada de nadie aquí y me fui escapando de mi mismo, tenía todo un rollo en la cabeza, cuando pasé por el lago Titicaca en la frontera con Bolivia no pude resistir las ganas de llorar…

* Estabas triste porque te ibas y en el fondo no querías irte.

No, estaba triste porque me dio pena que los bolivianitos no tengan salida al mar, que pena caray, no tienen oxigeno y no tienen agua. (Risas)

* Eres bastante esquivo cuando te tocan la vida personal ¿No?

Un poquito, lo que ocurre es que yo estaba en un momento espantoso, me sentía acorralado, viejos fantasmas de la niñez me volvían loco, tenía todo un rollazo existencial que me daba dolor de cabeza y quise escaparme de todo y de todos, de mi mismo principalmente.

* ¿Que te hizo volver al Perú? ¿Recapacitaste? ¿Te diste cuenta de todo?

De lo único que me di cuenta es que uno no puede escaparse de sí mismo así se vaya a la china o al Tíbet, llego a Bolivia y me meto a un hotel, me acuesto en la cama y medio entre sueños escucho en la calle un ruido de fanfarria de pitos, silbatos, bombos, platillos y trompetas, creía que era una huelga o algo así, saco la cabeza por la ventana y me doy con la inauguración del festival de Teatro de los Andes, El fitaz, casi me vuelvo loco, cerré las ventanas y me senté en un rincón abrazando el almohadón, tratando de no escuchar, de no sentir, de no respirar.

* ¿Eso te hizo volver en ti mismo y recapacitar?

No.

* (Risas) ¿Entonces?

Entonces me fui a Santa cruz, de allí a Asunción de Paraguay, luego a ciudad del este, de allí llegue a Brasil por Foz de Iguazú, de allí a Londrina, en el camino fui botando cosas de mi maleta porque me pesaban, estaba deshidratado, sin afeitar y con los ojos hundidos, llegué al balneario Camboriu y me di con el océano atlántico y me desperté, mire mi mapa y note que estaba bastante lejos de casa, me escape a Sao Paulo y fue allí en donde vi mas teatro que todo lo que he visto en el Perú. Regresé gracias a una persona maravillosa, un escultor al que amo y que me sorprendió con su trabajo fenomenal, se llama Florián Raiss, un hombre sensible, maravilloso, con una sensibilidad y una fuerza creativa que me volvió loco, lo adoro, va a venir al Perú el próximo año, sus trabajos son exquisitos, yo escribí un artículo sobre él y su arte, titulado “Florián Raiss o el constante movimiento de la quietud”

*Y ahora estas aquí sentado tomándote un café conmigo, en Lima y hablando sobre Teatro con un apasionamiento que me cuesta creer que te lo cuestionaste una vez.

No, no es así, el Teatro está allí, siempre va a estar, lo que los actores se cuestionan es su vida, su vida respecto a este arte, y bueno en ese proceso de indagar es que a uno le dan catarsis de diversos tipos. Algunos lloran y se vuelven genios, otros sufren raptos de rabia y se vuelven ridículos y con aires de superioridad, y otros pues nos vamos corriendo a puno, cruzamos nadando el Titicaca, trepamos por los andes altiplánicos, nos insolamos por las pampas paraguayas y luego nos empapamos con la lluvia tropical. (Risas) Pero el Teatro siempre está allí, si no es en nosotros será en otros pero siempre estará allí.

* Bueno, cuéntame entonces acerca de lo que piensas hacer en proyectos futuros.

Ahora estoy aquí, en el 2008 con una nueva loca idea de hacer un nuevo montaje, muy personal como los anteriores. Esta nueva propuesta la cual desde hace ya muchos años me venía dando vueltas en la cabeza sin atreverme hasta entonces a plasmarla en un papel la titularé “Sombras nada más” y está muy ligada a esos boleros antiguos y maravillosos que cantaba Toña la negra, una vez más, casualmente, este mi cuarto unipersonal vendrá a coincidir con los otros tres en ese tema que siempre ha estado presente no solo en ellos sino también en mi propia vida: La Soledad.

* ¿Cuándo tendremos el privilegio de ver tu última entrega?

Bueno, si todo va bien y si no hay problemas, porque aquí en Perú siempre los hay, no se cómo será allá en Honduras, pero aquí siempre hay problemas, supongo que para diciembre.

* Para terminar, ¿Puedo hacerte una pregunta muy personal y que no tiene nada que ver con tu trabajo en las tablas?

¿Ya empiezan otra vez los escarbares personales? (Risas) ¿Qué quieres saber?

* Es algo personal, soy yo la que tiene esa inquietud, pero quizá también los lectores la tengan.

Habla de una vez, ya sé por dónde te estás yendo (Risas)

* Perdona el atrevimiento pero quería saberlo de ti mismo y no de terceros, me han dicho muchas cosas sobre ti, simplemente es que no lo puedo creer, eres un hombre guapo y bastante atractivo, no tienes novia ni tienes hijos, sin embargo muchas mujeres quisieran tenerte como novio…

(Risas) Como le das vueltas al asunto, tu lo que quieres saber es si soy Gay.

* ¿Lo eres?

Sí, pero por ti podría dejar de serlo aunque sea unas horas. (Risas)



Leonor de la Quintana Barrientos


* ICPNA siglas del Instituto cultural peruano norteamericano.




Lima Perú, Octubre 2008